Óseas 1:2: "La palabra del Señor vino a Oseas por primera vez, y le dijo: «Ve y toma por mujer a una prostituta, y ten hijos con ella, porque la tierra se ha prostituido. Se ha apartado del Señor.»"
Antes de conocer al Señor solía poner mi identidad y mi valía en la mujer con la que estaba, de tal modo que según la puntuación que tenía en un baremo imaginario que había creado me sentía mejor conmigo mismo. A veces incluso podía enamorarme de una chica que tenía puntación baja y no era feliz porque pensaba que entonces yo valía menos. Una de las cosas que más me podían echar para atrás de una chica era su historia anterior. De tal modo que algunas de mis mejores historias las terminé yo antes de empezar por este último aspecto, me entristecía mucho y me hacía sentir celoso que alguien hubiera tocado, besado o hecho sentir amor a quien ahora consideraba mía. De tal modo que para mí todos los ex de mis ex me parecían imbéciles, y todas esas chicas para mí habían perdido parte de su valor al entregar algo que, por otra parte, yo también exigía antes de casarme con ellas.
Esta forma de pensar es de lo más habitual entre aquellos que no conocen a Dios, es un pensamiento tremendamente mundano y resultante de la caída. Porque como nuestro diseño es el de amar a una única persona durante toda nuestra vida, como pareja, nos parece horrible, deleznable y doloroso ver que esa persona haya podido amar a otras personas en esa forma. Sin embargo veo la historia de Óseas, a quien Dios le manda a casarse con una prostituta simplemente para que muestre cómo se siente Él con respecto al pueblo. Y es que Dios aún hoy en día se sigue sintiendo como que nos vamos con prostitutas en vez de casarnos con Él que es para lo que fuimos diseñados. Si esto no fuera así, Dios ya habría eliminado el libro de Óseas largo tiempo atrás de la Biblia porque no tendría sentido, sin embargo, Dios ha mantenido ese libro para mostrarnos está verdad en su palabra.
Pero es que... ¡Qué gran muestra de amor es saber que Dios se casa con la prostituta! que Dios se casa con la prostituta y la ama hasta el punto de dar su vida por ella ¡qué gran muestra de amor es saber que somos imperfectos! que no merecemos casarnos con el hombre perfecto y sin embargo Dios se casa con nosotros. Por eso, al conocer está verdad, nuestra forma de mirar a las personas cambia, y ya no puedo ver a ninguna chica como el resultado de su historia, sino como actualmente Dios la ve en su presente y su futuro inmortal. Yo no puedo ver ya a ningún hermano como exdrogadicto sino como un hijo de Dios, yo no puedo ver a ninguna hermana como una exfornicadora sino como una hija de Dios que es amada y aceptada. Y no puedo ver a mis hermanos como imperfectos porque juntos somos la prostituta que Dios ha decidido restaurar para casarse con ella. ¡Qué increíble muestra de amor en Él! Amad@ lector@, Dios te bendiga.
Guille Alías - Semillas del alma
Muy bueno, Guille. Gracias.
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