lunes, 11 de septiembre de 2017

Y fin 11/09/2017

Apocalipsis 22:19: "Y a quien quite algo de las palabras de este libro profético, Dios le quitará su parte del árbol de la vida, y de la santa ciudad y de lo que está descrito en este libro."

Siempre he sido un niño muy fantasioso, con mucha imaginación, quizás, demasiada imaginación. Y eso me hacía añadir cosas a las historias, para enriquecerlas, como el protagonista de la película Big fish, ya conté alguna vez que me gustaba añadir estos detalles a mis historias. Pero hay un problema con esto, y es que las historias pueden quedar interesantes o incluso hermosas pero pierden el detalle más importante, dejan de ser verdad. Y aunque algo pueda ser hermoso, si no es de verdad no tiene valor, además, cuando la gente se da cuenta de que tu historia no es verdad, pierden absolutamente la confianza y el interés en ti, aunque gran parte de la historia fuera verdad ya nada lo es, ya todo es mentira y tu credibilidad queda por los suelos. Tu buena intención al adornar la historia, no sirve más que para deshonrarte.

Pero a veces hacemos mucho eso de "adornar" las historias. Nos gusta adornar no sólo las historias sino también otras cosas, estadísticas, noticias, libros que hemos leído, películas que hemos visto e incluso biografías de gente que admiramos. A veces las adornamos sin darnos cuenta, por pura exageración, con el fin de que quien nos escucha se sienta aún más metido o intrigado por la historia, o que le apetezca más ver de qué va. El problema es que, como antes, una historia con añadidos deja de ser verdad y pasa al terreno de la patraña. Pierde toda su credibilidad, como las instrucciones para encontrar un tesoro que hayan sido confundidas con una única señal errónea, serán erróneas todas ellas a pesar de que el resto de las instrucciones puedan estar bien, porque una sola instrucción falsa emborrona todo el resultado final, destruye el resultado final.

"Todo tiene su final, nada dura para siempre", así decía una vieja canción de salsa, y claro, tenían razón a medias. Razón a medias porque nosotros sabemos que el Reino de Dios y su amor no tienen final. Pero hoy es el final de este blog, de este proyecto, de este devocional. Atrás queda un año de trabajo complemente fatigoso pero enriquecedor y dónde he tenido que estudiar y aprender bien la Biblia, escudriñar la palabra de Dios. Pero estaba ahora, ya de noche, pensando en que pasaría si yo hubiera añadido en mis devocionales algo de mí, si hubiera usado la palabra para mí provecho estaríamos hablando de un grave pecado de graves consecuencias. Hoy le pido a Dios que tome mi devocional en ofrenda, y que si algo añadí me lo perdone en el nombre de Jesús, pues nada puede añadirse a su palabra. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

domingo, 10 de septiembre de 2017

En la casa de Papá 10/09/2017

Jeremías 17:8: "Ese hombre es como un árbol plantado junto a los arroyos; echa sus raíces junto a las corrientes, y no se da cuenta de cuándo llega el calor; sus hojas siempre están verdes, y en los años de sequía no se marchita ni deja de dar fruto.»"

Soy de ese tipo de persona que cree que cada niño y cada niña son un maravilloso proyecto de futuro. Un maravilloso proyecto del que me resulta curioso, interesante y fascinante formar parte. Ahora bien, he descubierto algo, durante todos estos años he visto como hay factores que influyen en la crianza de un niño, pero ninguno tan gravemente, en ambos sentidos positivo y negativo, como la relación con los padres. Una relación con los padres buena lleva a un desarrollo correcto y libre de la personalidad, al establecimiento de normas que favorecen el buen comportamiento y el amor, y conlleva seguridad en el crecimiento y el pensamiento de esos niños. En cambio una mala relación o la ausencia de relación hacen que un niño se desarrolle cojo, triste, vacío e inseguro, incapaces de asumir relaciones humanas sanas entre iguales.

Y hay una estadística horrible y detestable que pone en tela de juicio algo de lo que muchos psicólogos se están haciendo eco desde hace algunas décadas. Y es que, en la sociedad actual, hemos obviado la importancia de los padres, especialmente del padre. Primero porque los padres y madres trabajan muchas más horas fuera de las que solían, pero además, paradójicamente hay una corriente feminista actual que rechaza la importancia de la figura paterna, y a los padres, o se les está invitando, o muchas veces, no se les está dejando ser padres. Y las consecuencias están siendo devastadoras. En primer lugar, porque hay una generación ya de hombres que no saben ser hombres, y de mujeres que no saben si son o no dignas de ser amadas y conquistadas por un hombre. Y eso, en segundo lugar, crea una gran cantidad de discapacitados emocionales.

Sin embargo, la separación de un papá o de una mamá no es, ni con mucho, tan grave como la separación del Papá de todos nosotros, de nuestro Señor Dios. Porque la separación de Dios produce el pecado y el pecado, produce la muerte. Así que da igual si uno cree o no, porque como dice la Biblia, los demonios también creen... Lo que Dios quiere de nosotros es cercanía, porque la cercanía produce amor, el amor produce obediencia y la obediencia santidad. Y esto es un círculo porque la santidad produce más cercanía con Dios. Cómo es propicio que nos criáramos en casa de papá y mamá, es mucho más propicio que habitemos bajo la mano de Papá, y nos enraicemos en sus arroyos, que habitemos en la casa de Papá, es el único modo de tener vida y de que sea una vida plena. Acércate a Papá, el lleva mucho tiempo esperándote, y tú lo necesitas. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

viernes, 8 de septiembre de 2017

A la feria 09/09/2017

Isaías 22:13: "pero ustedes prefirieron gozar y divertirse, matar vacas y degollar ovejas, comer carne y beber vino. Y decían: «Comamos y bebamos, que mañana moriremos.»"

Yo me he criado en Andalucía, una región de España con muchas particularidades, y desde el principio de abril hasta el final de septiembre o incluso octubre en nuestra geografía se suceden las ferias, que a veces van ligadas a las antiguas ferias de ganado, a las fiestas de la cosecha y la vendimia u otras efemérides del estilo. Recuerdo que me gustaban mucho cuando era adolescente, especialmente la de mi pueblo, porque en la feria de tu propio pueblo es como que te entra una euforia especial, las amistades se magnifican y emborrachan de alcohol barato y la gente gasta lo que no tiene. Recuerdo que mi sentimiento era llegar al final de la feria sin haberme quedado sin dinero para el último día, quería tener dinero para todos los días. Lo curioso es que vivía como si el lunes no fuera a llegar, pero cuando llegaba me pasaba un mes sin dinero por mi derroche de feria.

Pero esto es un tipo de comportamiento más habitual de lo que pudiera pensarse, es la mentalidad del que como piensa que la vida y algunos de sus periodos se acaban, ese final no significa nuevos comienzos. Y vivimos felices de que ese final llega pronto, derrochando sin medir que en el nuevo comienzo puede ser que necesitemos algunos recursos, y vemos como siempre nos coge por sorpresa la cuesta de enero o el inicio del cole, es un hecho que estos dos momentos del año son difíciles para muchos de nosotros por una mala planificación de las etapas anteriores, la Navidad y el verano, que nos hacen derrochar y tener luego que estrujar nuestras mentes para poder arreglar esa falta de planificación. Porque la vida suele continuar siempre, nos guste o no, y pensar en lo que vendrá después es un modo muy responsable de actuar.

Y a un cristiano no le vale esa filosofía de vivir al límite hasta el fin de tus días porque creemos que nuestros días no tendrán fin. Esa es la verdad, no tenemos la necesidad de vivir como si lo de aquí se fuera a gastar porque lo que está por venir es mucho mejor, y no tengo ni la más mínima duda al respecto. Por eso soy muy crítico cuando en la Iglesia escucho esos paradigmas humanistas de "ámate mucho, porque nadie más lo hará", o "vive como si fuera tu último día" o "lo que no hagas hoy ya nunca podrás hacerlo", porque no solamente no son bíblicos, que no lo son, sino que además son mentiras. Nosotros no diremos esas cosas, ni nos dejaremos cambiar por paradigmas humanos, nosotros diremos "ayunaremos y oraremos, porque mañana viviremos", por la gracia de Dios. Hermano ¿Y si vivimos como si la eternidad ya fuera real en nuestras vidas? Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

jueves, 7 de septiembre de 2017

El terco 08/09/2017

Proverbios 18:12: "El orgullo humano es presagio del fracaso; la humildad es preludio de la gloria."

Recuerdo, de mis primeros años de entrenador ser un chico orgulloso, pero luego fui madurando a la sombra de alguno de mis profesores y me convertí en alguien que escuchaba más y hablaba menos. Recuerdo entonces haber visto en otros chicos lo que yo era entonces, un terco de libro. Hubo un chico que destacó en esto sobre los demás, yo le vi un día jugando y empezamos a hablar, pero a pesar de que apenas tenía diez u once años, se negó siempre a que le corrigiera, él decía que ya sabía y que no necesitaba que nadie le "mandara". Nunca pude comprender el origen de tan grande orgullo, porque además le perdí la pista a aquel chico, pero fue el único chico al que no pude enseñarle nada, porque los canales de comunicación los tenía bloqueados por el orgullo, y desde luego, como jugador de baloncesto nunca llegó demasiado lejos.

Pero esto no es exclusivo de chicos marginales lanzando en una cancha solitaria, las personas somos en gran medida orgullosas, prueba de ello es cuando queremos aprender algo pero no queremos que alguien lo haga y nos muestre, sólo que nos digan como hacerlo, así son mis padres cuando necesitan que les expliques algo del ordenador, dicen que les digas cómo hacerlo, pero su orgullo les impide que te coloques en la posición de profesor, porque sería admitir con nuestros actos nuestra falta de autosuficiencia, nuestra incapacidad de manejar los parámetros de nuestra necesidad. El orgullo es un enemigo muy sutil, te hace sentir confortable para que no salgas de ese confort, pero por eso mismo te evita vivir y aprender de las mejores cosas de la vida, cierra los canales de comunicación y aprendizaje.

Por eso es una constante prevención en toda la palabra de Dios, la lucha contra el orgullo, porque te puede evitar entender tu propio pecado, tu necesidad de crecimiento como cristiano o incluso tu santidad. Aún así Dios tiene previstas curas para el orgullo, Él sabe que una cura de humildad mata al orgullo, que una situación que no somos capaces de afrontar nos hace darnos cuenta de lo pequeñitos que somos. Sólo cuando asumimos que somos pequeños, frágiles y débiles se nos cae esa imagen confortable, y vemos la necesidad de escuchar al maestro, de cerrar la boca y escuchar la palabra de Dios, porque tenemos la condición real de necesitarla. El orgulloso no se convierte hermano, por eso no llega lejos, sólo el humilde obtiene la victoria que es en Jesús, por toda la eternidad. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

miércoles, 6 de septiembre de 2017

De doble moral 07/09/2017

2 Samuel 12:5: "David se puso muy furioso contra aquel hombre, y le dijo a Natán: «Juro por el Señor que ese hombre merece la muerte."

Los niños y las niñas son geniales, me encanta trabajar con niños porque aprendo muchísimo de ellos, más de la vida incluso que de la profesión. Hace algunos meses reflexionaba acerca del doble rasero moral que todos parecemos tener, y me di cuenta que esto es mucho más fácil de verlo entre niños pequeños, que esto empieza cuando somos muy niños. Si ves a niños de 5 a 6 años, cuando alguien les hace algo parecido a lo que ellos hacen, se lo toman mucho peor que con lo que ellos mismos han hecho. Para ellos es mucho más grave lo que hace cualquier otro niños alrededor que lo que hacen ellos. Un niño es incapaz de ver la gravedad de sus propios actos porque carece de empatía, y por lo tanto, las consecuencias en sus actos para otros no pueden ser tan dolorosas como lo son las de los actos de otros para él.

Y aunque nuestra empatía crece conforme nos hacemos mayores, es muchas veces una empatía teórica más que práctica, porque aunque tenemos la consciencia de que los demás sufren por nuestros actos, no parece que le pongamos mucho remedio o nos preocupe lo más mínimo. Un ejemplo claro es que la mayoría de nosotros criticamos a los políticos por corruptos cuando los datos arrojan que dos de cada tres españoles cometen algún tipo de corrupción en sus relaciones con el estado, y las cantidades no son relevantes, es mucho más relevante que hayamos olvidado que esas cosas están mal, simplemente mal aunque las hagamos nosotros, y alguien que hace cosas que están mal no es más que una mala persona, una persona digna de castigo.

Y esto parece ser el peor error de memoria que tenemos los seres humanos, que hemos olvidado lo pervertido que está nuestro corazón, lo perversos que somos. David había olvidado el mal cometido contra Urías simplemente porque había desaparecido quien le pudiera acusar de su mal, que por otra parte era de dominio público. La mayor victoria del enemigo no es sólo que nos hayamos olvidado de él, porque los cristianos no lo hemos hecho, su mayor victoria parece ser que el hombre haya olvidado que es pecador y que necesita su perdón diario, incluso entre los cristianos muchos lo hemos olvidado. Sin ese concepto en nuestro corazón no vamos a poder entender el amor de Dios, la gracia, la redención y toda la gesta de la Cruz de Cristo, sin nuestro convencimiento de pecado no hay arrepentimiento y no hay hombre nuevo, no hay nada. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

martes, 5 de septiembre de 2017

A muerte 06/09/2017

Josué 6:18: "Y ustedes, tengan cuidado de no caer bajo condenación. No toquen ni tomen nada de lo que está bajo maldición, para que el campamento de Israel no sea destruido y perturbado."

No sé si alguno de mis lectores habrá tenido ganado, pero en mi infancia y adolescencia, mi padre decidió alquilar un local y hacer un corral donde tuvimos, durante algo más de una década, gallinas cerdos, patos y hasta corderos para consumo familiar. Uno de las mayores enemigas de un corral es la rata, la rata se come los huevos, trae enfermedades, muerde y se pelea con las gallinas y a veces te enferma un animal. Y cuando una familia de ratas llega, la lucha que se desata no admite clemencia, o las matas a todas, o seguirán atacando la estructura, royendo el hormigón como si fuera una loncha de queso y atacando a los animales, porque además, la rata es un animal muy kamikaze. Así que, cuando mi padre veía restos de la presencia de ratas en el corral, íbamos a la tienda de fitosanitarios a por trampasy veneno, e incluso a veces, debíamos pasar la noche con la escopeta de balines para matar al bicho.

A mí esto me recuerda a los invasores bárbaros de la antigüedad, que daba igual que tú los rechazaras una y otra vez, debían perseguirlos y matarlos a todos porque si no, ellos volvían. Hay enemigos entre los que no valía la piedad, ni siquiera podías hacerlos esclavos, tan sólo te podía servir la política de tierra quemada contra ellos, porque para ellos la rendición y la huida eran la única derrota. Y ante esta circunstancia, algunos aprendieron que sólo era posible luchar por la destrucción de ese enemigo, los romanos quemaron Cartago hasta los cimientos porque sino, en cien años de hubiera vuelto a levantar contra ellos, y esto es algo que en la antigüedad tenían interiorizado, los mismos persas y babilonios cuando conquistan Israel terminaron destruyendo hasta el primer templo, y los romanos el segundo, porque sabían que si había algo que podía levantarse, se levantaría.

Y Dios le manda a su pueblo, en la conquista de la tierra prometida, que no dejen a ningún pueblo con vida, y existe una explicación en lo natural, pero en lo espiritual existe una enseñanza mucho mayor. Y es que en esta conquista existe una gran metáfora de cómo el hombre nuevo conquista la carne y obtiene el Reino de Dios, y cada pueblo que hay que conquistar es un pecado al cual hemos y podemos seguir estando atado. Y la política de lucha contra ese pecado no puede ser la de tener misericordia, la de apiadarnos de él, sino la de tierra quemada, y si por un pecado he de romper con un amigo, más me vale estar sin amigos en el Reino que quemarme rodeado de ellos. Hermano, si es tiempo de que reanudes tu lucha recuerda, vas a muerte, sin cuartel, hasta destruir a tu enemigo. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

lunes, 4 de septiembre de 2017

Todo menos lo básico 05/09/2017

1 Corintios 13:1: "Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal resonante, o címbalo retumbante."

Este año ha hecho veintidós temporadas que estoy en el mundo del baloncesto. En ese tiempo, he podido observar muchos jugadores, tanto en el ámbito profesional como en el amateur. Y a veces veo a ese tipo de jugador que tiene todo lo que se requiere para ser genial, a primera vista tiene el físico, la visión, la disciplina y el talento... Pero carece de algo básico y fundamental, que es el amor por el juego, el amor por jugar, por ganar y por ser el mejor. Y recuerdo que cuando Pau Gasol ya estaba en su esplendor, vinieron una generación de jóvenes por toda Europa con esta característica, eran grandes proyectos de jugador pero carecían de ese amor, carecían de ese espíritu competitivo que marca a los que son geniales. Yo tuve un amigo así, que hoy en día es contable, un contable de 1'95 y campeón de España, pero contable.

Decía Justin Hoffman, que fueras actor, únicamente si no podías pensar en ser otra cosa en el mundo, si te daba igual serlo en Hollywood que en el escenario de un teatro comunitario, entonces eras un actor. Igualmente uno puede tener una cara bonita y dotes para la actuación, pero si no ama actuar va a ser de ese tipo de actores zafios que tan pronto vemos en la pantalla como al momento siguiente los hemos olvidado. En una familia lo que hace que todo se mantenga unido también es el amor, si en una familia la gente se moviera por la obligación o por el respeto que tiene por sus miembros, al primer problema cada cual se iría para un lado y la familia se disgregaría, de hecho, pasa en muchas familias actualmente dónde el motor ha dejado de ser el amor. Porque todo lo que se hace sin amor se hará hasta el momento en que surja cualquier contrariedad o dolor.

Por eso me parece curioso como muchos cristianos olvidamos que lo que debe mediar entre todos los aspectos de la vida del creyente es el amor, no ese amor buenista que algunos dicen, pero amor al fin y al cabo, nos falta amor a pesar de que la Biblia dice que Dios es amor. Y quizás es esto lo que la gran mayoría de no creyentes e indecisos del mundo están esperando ver en nosotros, quizás sea esto lo que todos están buscando. Porque si hablamos, o escuchamos la información que la gente y la propia cultura nos da, la gente está buscando amor verdadero, y no hay otro amor verdadero que no sea Jesús. Porque además, si lo que hacemos lo hacemos por amor, no dejaremos de hacerlo cuando los impedimentos lleguen, lo haremos aunque sea en el teatro comunitario, lo haremos en la calle, atacados y escupidos, porque así es el amor. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

domingo, 3 de septiembre de 2017

La solución milagrosa 04/09/2017

Levítico 19:31: "»No recurran a los encantadores ni a los adivinos. No los consulten ni se contaminen con ellos. Yo soy el Señor su Dios."

¿Saben una de las cosas que aprendí cuando entrenaba a gente? Que las cosas rápidas no funcionan. Una de las veces más estrambóticas que tuve que afrontar fue cuando una novia, que iba a casarse en dos meses, me pidió que le ayudara a perder treinta kilos antes de su boda. Dejadme que os explique que, para que resulte sano y efectivo y pueda tener una progresión real a la vez que realista, nuestro objetivo no debía superar el kilo y medio por semana, eso nos permitía bajar unos doce kilos, nada más, si queríamos hacer algo más, teníamos que poner su salud en riesgo y aún así no sabíamos si lo conseguiríamos. Las primeras dos semanas el trabajo no estaba yendo del todo mal, y con mucho esfuerzo conseguimos que perdiera cuatro kilos. Como no iba lo rápido que queríamos aumenté el ritmo, y a la tercera semana se partió el bíceps femoral, un músculo, con lo cual fue al altar gordita y cojeando.

Porque yo no estaba en aquel momento en disposición de hacer ningún milagro, porque no sé hacer milagros, sé hacer algunas cosas pero los milagros aún no están en mi lista, a veces con algo de ayuda de Dios consigo hacer algo increíble, pero aquella no fue una vez de esas. Y esto es lo que nos pasa por ser unos seres tan fugaces, nuestra mente ha sido educada en querer las cosas lo más rápido posible a pesar de que somos los seres humanos que más viven de toda la historia de la humanidad. Y por eso nos enfadamos en un restaurante si la comida se demora veinte minutos, o si tenemos que esperar una cola, nos mata esperar una cola. Lo que muchas veces no entendemos es que la buena comida tiene que cocinarse, y que, como eso, las mejores cosas de la vida tienen su tiempo de cocción, pero a la vez su duración es mucho más larga, intensa y buena.

A veces entro en Facebook y me sorprende que cantidad de contactos míos siguen a páginas de tarot o de autoayuda, cuantos siguen la típica página de preceptos kármicos, o budistas que te dan, supuestamente el camino rápido para llenar los vacíos de tu existencia ¿Pero que es lo que ocurre? Que la mayoría de la gente al poco de verse satisfecho por una de estas dietas rápidas, se dan cuenta del efecto rebote, y es que si se llenaron un poco los huecos, al pasar el tiempo vuelven a estar vacíos, y cada vez más vacíos. La única manera de uno hacer la buena dieta es no buscar el camino rápido, es ir a buscar al Jesús de la Biblia y vivir la vida de los tiempos de Dios, que generalmente cocinan las cosas a fuego lento, que no proviene de una revistilla de divulgación, sino que lleva toda la historia funcionando, hermano, no confíes en dietas milagro. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

Huérfanos 03/09/2017

Zacarías 11:4: "Así me dijo el Señor mi Dios: «Cuida de las ovejas que van al matadero,"

Los huérfanos no son solamente aquellos niños que no tienen madre o padre, para mí, como entrenador y educador, los huérfanos son todos niño que vive desamparado y desauciado por la sociedad, incluso por las instituciones. Yo pensaba que había conocido a alguno de estos en mis años, hijos de la droga y el alcohol, hijos de la pobreza... Pero jamás podría haber imaginado conocer lo que conocí cuando trabajé en un centro de menores tutelados. Ahí sí que hablamos de niños rotos, niños que, para el estado, no son más que un número en el expediente sin ningún tipo de esperanza. Y una de las cosas más relevantes en cuanto a educación, redención y estos aspectos, es que cuanto peor está un niño, más recursos necesita que se inviertan en él y, normalmente, menos recursos invierte el estado o la comunidad Autónoma en ellos.

Y esta es la gran tristeza de nuestra sociedad, que hay una especie de pirámide en función de tus posibilidades, y cuánto más alto estés en la pirámide más se invierte en ti, ya sea el estado, las corporaciones, las instituciones educativas y deportivas, u otras. Pero eso siempre va a hacer que quien esté más arriba se aleje cada vez más de quien esté más abajo, que solo en pocas ocasiones logrará salir de la base, y en general, vivirán una vida con poca esperanza y poco futuro. Uno de los casos más evidente es el de los sin-techo, de los que el estado hace caso omiso, y de los que se encargan algunas entidades benéficas. Pero si el estado invirtiera en abrir un centro en las ciudades de reinserción de estas personas, apoyo psicológico, donde pudieran apostar por sus cualidades, estoy seguro que la inversión multiplicaría los activos y al final daría réditos. Evalúa a una sociedad por como trata a sus mendigos.

Y es que la vida no merece ser vivida sin ningún tipo de esperanza, por eso nosotros llevamos a Cristo, la verdadera esperanza al mundo. Pero una vida de rutina vacía, sin esperanza, se asemeja bastante al camino de un muerto viviente, con los ojos vacíos, la cabeza gacha y el corazón aletargado, sin dignidad. Por eso Dios nos llama a invertir la pirámide,a gastarnos mas con las ovejas que otros ya dieron por perdidas, porque Él no ha dado a nadie por perdido, Él sigue invirtiendo. Y aunque la oveja perdida sea más sucia, que lo es, más fea, que lo es, más aburrida... Estamos llamados a limpiarla, a abrazarla y a demostrar que se equivocaban aquellos que les dijeron que no, que no valía la pena. Hoy te llamo a invertir en los de abajo, en los que nadie ha querido invertir, para que Jesús ya pueda darle la vuelta a la pirámide. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

sábado, 2 de septiembre de 2017

Balones fuera 02/09/2017

Génesis 3:12: "Y el hombre respondió: «La mujer que me diste por compañera fue quien me dio del árbol, y yo comí.»"

¿Quien no ha tenido el horror de conocer a alguien que se las pasa dando excusas todo el tiempo? En el colegio, en el equipo, en el trabajo o en la familia, yo mismo he tenido fases en mi vida en que me las pasé dando excusas para todo, y eso, a nivel psicológico es "echar balones fuera", es huir de la culpabilidad de nuestras acciones. En mi equipo había un jugador que no aceptaba las correcciones, siempre un error era cosa de los demás, cosa del árbitro o del azar, pero le era completamente imposible asumir la responsabilidad o la culpa de sus errores, con lo cual, era imposible que jamás aceptara su responsabilidad en nada, para él mismo, él era un crack incomprendido. El problema es que su actitud y sus excusas no engañaban a nadie, sólo a sí mismo, y sus mentiras desvirtuaron su autoestima, y nunca le permitieron aprender o mejorar.

Eso suele ser algo común en todos nosotros, muy pocas veces he conocido a alguien capaz de asumir la culpa y las responsabilidades, recuerdo a un hombre con el que tuve el honor de colaborar que entendió que pasar mucho tiempo resolviendo culpas y responsabilidades era un error, porque la mayoría de las personas en esa búsqueda de responsabilidades y culpas se embarran yo encuentran soluciones, así que, ante cualquier conflicto pasaba a buscar soluciones sin mirar casi las culpas. Y era por esta razón, porque el ser humano no quiere aprender, quiere no tener culpa, y esto debe contemplarse si uno no quiere verse embarrado, lo mejor es no hacer sentirse a la gente culpada. Sin embargo a largo plazo esta estrategia puede ser contraproducente, porque es muy injusta y porque la gente no aprende nada.

Yo creo que si bien el primer pecado es el del fruto prohibido, ligado firmemente a él está el pecado de la excusa, de exonerar la culpa de uno mismo y echársela a otro... Es un pecado ligado a todos los pecados, que muy pocos podemos evitar. Porque nadie quiere sentir el efecto de la culpa en sí mismo, ahora mismo estamos asistiendo de hecho a un tiempo en que después de los desastres, en vez de pensar en víctimas o en los verdaderos culpables, los dirigentes se pueden pasar meses o incluso años peleando por quedar limpios de responsabilidad y a la vez salpicar de la máxima responsabilidad a sus rivales. Pero Dios nos llama continuamente a aceptar la culpa, porque sin esa aceptación no puede haber arrepentimiento, y sin arrepentimiento no puede haber salvación. Huye de la excusa, no eches balones fuera. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

viernes, 1 de septiembre de 2017

Batallitas 01/09/2017

Hechos 4:20: "Porque nosotros no podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído.»”

Yo he jugado y entrenado toda mi vida en el mundo del deporte amateur, donde hay pocas recompensas materiales y muchas más necesidades que cubrir simplemente para empezar. Y hay una cosa que es uno de los grandes motores para equipos amateurs, para su motivación y continuidad en el trabajo, y son las batallitas. Si, las batallitas, esas historias que cuando llegas nuevo empiezan a contarte el primer día de cervezas, y que te hacen realmente venir a entrenar por lealtad, por amor, es lo que crea lazos entre un jugador y su club, lo que te hace quedarte o incluso volver cuando llevas tiempo retirado. Personalmente siempre quise probar en otros equipos, pero vuelvo al mío porque he vivido con ellos cosas que me hacen confiar en ellos, amarlos y respetarlos, por eso un equipo no se construye en un día ni a base de talonario por mucho que así lo crean algunos millonarios.

Esto es algo que se hace importante en todos los grupos humanos, amigos, familia, clubes... La fuerza de lo vivido se transforma en la historia y la cultura del grupo y eso une muchísimo más que los lazos de sangre. He visto a un hombre defender a un amigo que se peleó con su propio hermano en vez de defender a su hermano, porque entre ellos había una historia de batallitas de treinta años. Es tan relevante que mucha gente llama a sus amigos "la familia que elegí" aunque deberían llamarla "la familia con la que viví tan grandes cosas". Y cuando esto ocurre, delante de otros siempre surgen esas batallitas, y cuando alguien te habla de aquel amigo tuyo, tu siempre recurres a lo que tú y él hicisteis una vez, a las batallitas, porque se te llena la boca de amor y agradecimiento por esa persona. Y esto es algo que seguro todos hemos visto.

Y lo mismo debiera ser con nuestro Señor... Yo debiera hablar continuamente de la palabra de Dios, del poder de Dios para transformar vidas... Pero sobre todo, debiera hablar de mi testimonio, de mis "batallitas" con Jesús. Y a veces entablamos nuestras diatribas teológicas como si tuvieran sentido para aquellos que desconocen a Jesús. Yo no veo a los apóstoles dando el perfecto mensaje evangelístico en hechos, los veo hablando de lo que han visto y oído, relatando pura y llanamente sus testimonios personales con Cristo, y mira que sus testimonios eran poderosos. Pero los nuestros no son testimonios menos poderosos, son testimonios ricos y variados, porque son la obra de Cristo, y Él es siempre increíble en su modo de actuar. Hermanos, está bien que tengamos buenos mensajes, pero llenemos nuestra boca con las batallitas que luchamos con Jesús, que nos hicieron amarlo y respetarlo. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma