Salmo 119:9: "¿Cómo puede el joven limpiar su camino? ¡Obedeciendo tu palabra!"
Todos hemos pasado en algún momento por las consecuencias que conlleva ser desobediente y rebelarse contra una norma puesta por un padre, por un jefe o por un profesor del colegio, por una autoridad cualquiera... Y a todos en algún momento de nuestra vida, cuando hemos desobedecido a esa autoridad y al descubrirlo esta, nos han dicho esa famosa frase de: "yo te prohibo cosas porque conozco lo que te conviene". Mis padres, en el colegio y en otros sitios donde yo era desobediente me repetían esa frase, y es cierto que, hoy en día como padre sé que es lo que le conviene a mi hija. Obviamente mis padres eran falibles igual que cualquier otra autoridad, pero en comparación con un niño conocen bien cuál es la conveniencia para su vida, para su salud y la integridad de su inocencia.
Muchos en la historia han dicho que Dios nos exige obediencia porque es un dios dictador, totalitario... Pero esto no es así. Dios es un padre que conoce perfectamente lo que nos conviene, con el añadido de que Dios además es infalible. No es que Dios nos obligue a obedecer, es que Él es feliz de vernos obedecer porque ve como nos convertimos en lo que Él nos diseño. Es como si un ingeniero viera a su obra funcionar tal y como Él la diseño, estará contento. Sin embargo, si el ingeniero ve que su obra es utilizada para otros medios, seguramente se enfadará, o entristecerá, porque para el Creador un mal uso de su obra, es motivo de tristeza y enfado. La Biblia es, entre otras cosas, el mejor manual de instrucciones para el ser humano que jamás se haya escrito.
La palabra de Dios es como el consejo vivo y verdadero de un Padre que sabe lo que nos conviene porque lo conoce todo de nosotros y conoce todo lo que puede ocurrirnos. La obediencia es algo que Dios quiere que tengamos por nuestro bien, para nuestro correcto funcionamiento, para no arrepentirnos de aquellas cosas que nos hicieron daño, o a otros. Nuestro Papá si sabe que es lo que es mejor para nosotros, pero es tan dulce que no nos mandaría jamás de una manera autoritaria, a pesar de tener la soberanía total frente a todos nosotros, pero Él no es autoritario, es un caballero, Él nos da su palabra y nos invita a obedecerla, y conoce bien las consecuencias de no hacerlo pero aún así no nos obliga. En este día te invito a empaparte de la palabra de Dios para poder obedecerla con excelencia. Amad@ lector@, Dios te bendiga.
Guille Alías - Semillas del alma