Lamentaciones 3:26: "Es bueno esperar en silencio que el Señor venga a salvarnos.”
El instituto es lugar de pandillas y enfrentamientos entre las mismas, ya sea a nivel grupal o a nivel personal de entre miembros de las mismas. Yo recuerdo haberme perdido en estos enfrentamientos mi boca, mi incapacidad, en aquel entonces, de ser discreto. Porque si mi grupo competía con otro por algún premio, ellos me provocaban y yo presumía de cómo iba a ganarles, caía completamente en la provocación, y eso les daba la información que necesitaban para ganarnos. También me pasó durante la universidad, había un grupo que trabajaba siempre junto, y yo pedía trabajar solo, y como siempre les vencía aprendieron a provocarme para que presumiera de mi estrategia y así me la robaban. Porque una buena estrategia sin discreción es una estrategia vacía e inútil, está perdida antes de luchar.
Sino que nos lo digan en el deporte, cuanto hay que medir las palabras en deporte, ya sea profesional o amateur, para guardar tus estrategias, salvaguardar cosas que te son interesantes, o simplemente no dar ventajas a nadie que no seas tú. La discreción es necesaria en la vida para evitar muchas desgracias. En los casos de separaciones y divorcios problemáticos, lo primero que un buen abogado te recomienda cuando le has contratado es cortar comunicaciones con la otra parte, no sólo ya a nivel de peleas, sino a todos los niveles, para evitar trasvase de información, que puede parecer inicua, pero no lo es. Y en estos casos puede parecer que el más bocas o el más llorón de los dos va ganando al principio, pero la estadística siempre da la razón al más discreto, es algo que el juez asocia a seriedad y además el otro ha dado demasiada información vital a sus contrincantes.
Por eso este versículo de hoy no me parece una llamada a no evangelizar, pero sí a no entrar en polémicas absurdas con aquellos que rechazan la salvación del Señor con la disconformidad posmoderna. En esos instantes en los que alguien no atiende a razones es mejor no insistir ni invadir pues probablemente cree un rechazo hacia los asuntos de Dios. Mejor estemos en silencio y esperemos la salvación de Dios, si es que esa persona va a ser llamada para el Reino. Tengo que pedirte que no quieras desvelar ni adelantarte a la estrategia de Dios para estas ovejas difíciles, que no eches a perder la sorpresa que Dios hará en su vida. Sembraste una semilla, es cierto, pero ahora es necesario que dejes que la semilla brote en silencio, apartarte, deja que sea Jesús quién riegue, y verás como en el silencio la salvación finalmente llega. Amad@ lector@, Dios te bendiga.
Guille Alías - Semillas del alma