domingo, 3 de septiembre de 2017

La solución milagrosa 04/09/2017

Levítico 19:31: "»No recurran a los encantadores ni a los adivinos. No los consulten ni se contaminen con ellos. Yo soy el Señor su Dios."

¿Saben una de las cosas que aprendí cuando entrenaba a gente? Que las cosas rápidas no funcionan. Una de las veces más estrambóticas que tuve que afrontar fue cuando una novia, que iba a casarse en dos meses, me pidió que le ayudara a perder treinta kilos antes de su boda. Dejadme que os explique que, para que resulte sano y efectivo y pueda tener una progresión real a la vez que realista, nuestro objetivo no debía superar el kilo y medio por semana, eso nos permitía bajar unos doce kilos, nada más, si queríamos hacer algo más, teníamos que poner su salud en riesgo y aún así no sabíamos si lo conseguiríamos. Las primeras dos semanas el trabajo no estaba yendo del todo mal, y con mucho esfuerzo conseguimos que perdiera cuatro kilos. Como no iba lo rápido que queríamos aumenté el ritmo, y a la tercera semana se partió el bíceps femoral, un músculo, con lo cual fue al altar gordita y cojeando.

Porque yo no estaba en aquel momento en disposición de hacer ningún milagro, porque no sé hacer milagros, sé hacer algunas cosas pero los milagros aún no están en mi lista, a veces con algo de ayuda de Dios consigo hacer algo increíble, pero aquella no fue una vez de esas. Y esto es lo que nos pasa por ser unos seres tan fugaces, nuestra mente ha sido educada en querer las cosas lo más rápido posible a pesar de que somos los seres humanos que más viven de toda la historia de la humanidad. Y por eso nos enfadamos en un restaurante si la comida se demora veinte minutos, o si tenemos que esperar una cola, nos mata esperar una cola. Lo que muchas veces no entendemos es que la buena comida tiene que cocinarse, y que, como eso, las mejores cosas de la vida tienen su tiempo de cocción, pero a la vez su duración es mucho más larga, intensa y buena.

A veces entro en Facebook y me sorprende que cantidad de contactos míos siguen a páginas de tarot o de autoayuda, cuantos siguen la típica página de preceptos kármicos, o budistas que te dan, supuestamente el camino rápido para llenar los vacíos de tu existencia ¿Pero que es lo que ocurre? Que la mayoría de la gente al poco de verse satisfecho por una de estas dietas rápidas, se dan cuenta del efecto rebote, y es que si se llenaron un poco los huecos, al pasar el tiempo vuelven a estar vacíos, y cada vez más vacíos. La única manera de uno hacer la buena dieta es no buscar el camino rápido, es ir a buscar al Jesús de la Biblia y vivir la vida de los tiempos de Dios, que generalmente cocinan las cosas a fuego lento, que no proviene de una revistilla de divulgación, sino que lleva toda la historia funcionando, hermano, no confíes en dietas milagro. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

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