viernes, 1 de septiembre de 2017

Batallitas 01/09/2017

Hechos 4:20: "Porque nosotros no podemos dejar de hablar acerca de lo que hemos visto y oído.»”

Yo he jugado y entrenado toda mi vida en el mundo del deporte amateur, donde hay pocas recompensas materiales y muchas más necesidades que cubrir simplemente para empezar. Y hay una cosa que es uno de los grandes motores para equipos amateurs, para su motivación y continuidad en el trabajo, y son las batallitas. Si, las batallitas, esas historias que cuando llegas nuevo empiezan a contarte el primer día de cervezas, y que te hacen realmente venir a entrenar por lealtad, por amor, es lo que crea lazos entre un jugador y su club, lo que te hace quedarte o incluso volver cuando llevas tiempo retirado. Personalmente siempre quise probar en otros equipos, pero vuelvo al mío porque he vivido con ellos cosas que me hacen confiar en ellos, amarlos y respetarlos, por eso un equipo no se construye en un día ni a base de talonario por mucho que así lo crean algunos millonarios.

Esto es algo que se hace importante en todos los grupos humanos, amigos, familia, clubes... La fuerza de lo vivido se transforma en la historia y la cultura del grupo y eso une muchísimo más que los lazos de sangre. He visto a un hombre defender a un amigo que se peleó con su propio hermano en vez de defender a su hermano, porque entre ellos había una historia de batallitas de treinta años. Es tan relevante que mucha gente llama a sus amigos "la familia que elegí" aunque deberían llamarla "la familia con la que viví tan grandes cosas". Y cuando esto ocurre, delante de otros siempre surgen esas batallitas, y cuando alguien te habla de aquel amigo tuyo, tu siempre recurres a lo que tú y él hicisteis una vez, a las batallitas, porque se te llena la boca de amor y agradecimiento por esa persona. Y esto es algo que seguro todos hemos visto.

Y lo mismo debiera ser con nuestro Señor... Yo debiera hablar continuamente de la palabra de Dios, del poder de Dios para transformar vidas... Pero sobre todo, debiera hablar de mi testimonio, de mis "batallitas" con Jesús. Y a veces entablamos nuestras diatribas teológicas como si tuvieran sentido para aquellos que desconocen a Jesús. Yo no veo a los apóstoles dando el perfecto mensaje evangelístico en hechos, los veo hablando de lo que han visto y oído, relatando pura y llanamente sus testimonios personales con Cristo, y mira que sus testimonios eran poderosos. Pero los nuestros no son testimonios menos poderosos, son testimonios ricos y variados, porque son la obra de Cristo, y Él es siempre increíble en su modo de actuar. Hermanos, está bien que tengamos buenos mensajes, pero llenemos nuestra boca con las batallitas que luchamos con Jesús, que nos hicieron amarlo y respetarlo. Amad@ lector@, Dios te bendiga.

Guille Alías - Semillas del alma

No hay comentarios:

Publicar un comentario